¿Cómo no vamos a cantar si tenemos garganta? ¿Cómo no vamos a hacer música, si podemos utilizar nuestras manos y nuestros pies? Cantamos a la lluvia, al fuego, las cosechas, los nacimientos, la muerte, el amor, el trabajo…
El origen de la música es incierto, pero tan antiguo como nosotros; necesitamos la música y ella está presente en la esencia de nuestras comunidades.
“Músicas de proximidad” es un homenaje a estas músicas de raíz, a sus músicos y a los informantes, esas personas de edad que, a modo de bibliotecas humanas, almacenan, conservan y transmiten esos sonidos del ayer para poder escucharlos hoy y para que sean posibles mañana. Gracias a todos ellos.
¡Que pasen los músicos y que suene la música!