Amiga mía, tengo tanta necesidad de tu amistad. Tengo sed de una compañera que respete en mí, por encima de los litigios de la razón, el peregrino de aquel fuego.
A veces tengo necesidad de gustar por adelantado el calor prometido Y descansar, más allá de mi mismo, en esa cita que será la nuestra.