Cuando me pierdo
Aroa, 46
En mis cicatrices, y en mis heridas abiertas. En la tristeza intrínseca de mi latido. En el dolor de cada golpe recibido, en la arcilla roja de mis ojos. En la tierra que sostiene mis raíces. En cada caída de bruces al suelo. En cada lunar que arde en mi pecho. En cada palabra que no digo. En las arrugas de mis comisuras, en las estrías de mi vientre. En mis ojeras permanentes, en mis mejillas encendidas. En las lágrimas que derramo por ausencia. En los abrazos de mis seres queridos. En la magia insondable de un libro. En la voz inaudible de este mundo. En el aliento que contengo cuando encuentro la belleza vítrea de un campo de poemas floreciendome en el pelo. Allí voy a buscarme cuando me pierdo
